Geraldine, indígena trans

Esta reseña fue comisionada para la sección #TiempodeLeer, del proyecto de la Universidad de Antioquia Hacemos Memoria, y fue publicado originalmente el 23 de junio de 2022. Se reproduce con su autorización.

Reseña: Estefanía Henao Barrera*

Imágenes: capturas del cómic

En 2020 el Instituto Goethe de Indonesia lanzó la convocatoria para participar en el proyecto “Movements and Moments”, el cual busca visibilizar a los movimientos feministas indígenas del sur global a través del cómic. Entre las dos propuestas seleccionadas de Colombia se encuentra Geraldine, una historieta basada en la experiencia de vida de una mujer trans de la etnia indígena emberá, que cuenta su camino hasta convertirse en una líder de su comunidad. 

Esta historieta es obra de la dupla conformada por la realizadora audiovisual e ilustradora, Catalina Vásquez Salazar (Kathiuska) y la humanista digital e investigadora, Alejandra Pérez Torres, quienes ya habían coincidido en la publicación de Dr. Fausto #12, edición especial de autoras colombianas, sobre el tema de la “culpa femenina”, la primera participando con una historieta de 4 páginas y la segunda como editora.

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La página 7 del comic ilustra el espacio interior de Geraldine, mostrando como ella aplaca la voz que le pide ser quien realmente es.

Geraldine inicia con una secuencia panorámica de casas agolpadas en montañas, que ubica al lector en la zona nororiental de Medellín, concretamente en el barrio Popular donde, entre las gentes que vienen y van. En esta escena podemos apreciar a la protagonista desde una ventana, contando algunos aspectos de este territorio que ha sido poblado, en su mayoría, por personas campesinas, desplazadas y víctimas de la violencia, situaciones similares a las que ella misma vivió. Sin embargo, más adelante atestiguamos cuán diferente es su historia.

A partir de allí la protagonista toma el control del relato, nos narra su vida, en retrospectiva, de forma transparente y con un tono cercano. Nos da acceso no solo a su historia en general, sino también a algunos de los momentos más íntimos de su vida que nos ayudan a comprender su trasegar y quién es ella. 

Geraldine parte de su niñez y adolescencia, nos cuenta cómo en estas etapas tuvo que actuar como esperaban los demás miembros de su comunidad que fuese: según el género que le había sido asignado al nacer, acorde con los estereotipos de género imperantes, y el rechazo que supuso en su momento el querer explorar y manifestar su identidad y expresión de género. 

Poco a poco, esta obra va tomando cuerpo, cada página se muestra como una unidad bien pensada y aprovechada al máximo para adentrar al lector a la historia de esta mujer. A través del trazo expresivo y suelto de Catalina Vásquez el relato avanza de forma fluida, los dibujos evidencian, sin caer en lo literal, lo que las palabras apenas insinúan. 

La elección del blanco y negro, así como la decisión de que la voz narrativa sea la de  Geraldine dotan a este cómic de verosimilitud y contundencia, sin perder de vista las emociones y el espacio interior de la protagonista que son de especial relevancia, así se demuestra, por ejemplo, en la página 7, en la cual la composición es en negativo y hacen aparición los únicos toques de color de este cómic, con la intención de representar la voz interna de Geraldine, que le reclamaba ser ella misma. En secuencias como esta es donde mejor podemos apreciar la vulnerabilidad e intimidad que Geraldine, de la mano de Pérez y Vásquez, nos comparte y nos hacemos cómplices de su periplo. 

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En la página 11 el lector encuentra una representación de la región de Urabá, donde se aprecia cómo Geraldine debía ocultar a los demás su identidad y expresión de género.

La narración encuentra su momento crítico cuando Geraldine es expulsada de su territorio por hombres kaponia (personas no indígenas) miembros de un grupo armado ilegal, quienes le ordenaron irse solo por ser una persona alejada de la norma. Es entonces cuando Geraldine deja su comunidad y llega a Medellín, donde encontró personas con experiencias de vida similares a la suya, que desde el primer momento respetaron su identidad de género y le proporcionaron lugares seguros donde aprender sobre la comunidad LGTBIQ+ y sus derechos. En la ciudad también conoció un nuevo léxico para nombrarse a sí misma y a las otras personas pertenecientes a la comunidad diversa, lejos de aquellas palabras de burla y rechazo que ella misma había recibido antes. Así fue como luego de algunos tropiezos y confusiones, propios de cualquier búsqueda, Geraldine retomó el camino de autodescubrimiento que había sido truncado en su comunidad y logró comprenderse, reconocerse y asumirse como mujer trans.

Después de esto, Geraldine decide retornar a su comunidad emberá, no solo como acto de reconciliación con ella misma y sus seres queridos, sino además con una apuesta política clara: buscar entablar procesos legales para garantizar el respeto de sus derechos y los demás miembros de la población LGBTIQ+ que pudiese haber en su resguardo indígena. Un proceso que tomó tiempo, pero que finalmente rindió frutos, ya que después de su demanda la Organización Indígena de Antioquia reconoció los derechos de las poblaciones LGBTIQ+ indígena del resguardo de Dojura. 

Este avance, le permitió a Geraldine regresar a su resguardo con el apoyo y protección de su comunidad. Además, allanó el camino para que pudiera liderar acciones pedagógicas sobre diversidad sexual y de género, y para compartir con su comunidad los aprendizajes que obtuvo desde la perspectiva del feminismo.

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La página 17 relata que Geraldine encuentra un lugar seguro donde puede
recibir apoyo, asesoría y herramientas para ser quien es.

Dicho lo anterior, vale la pena mencionar el trabajo de investigación que realizaron las autoras, Catalina Vásquez (Kathiuska) y Alejandra Pérez, bajo el método del “periodismo colaborativo intercultural”, y que incluyó la realización de documentación, entrevistas y talleres de sensibilización sobre la población lgbtiq+ con los miembros del resguardo indigena de Dojura. 

Sumado a esto, durante los 6 meses de realización del proyecto, las autoras contaron con la asesoría de la historietista argentina Nacha Vollenweider y compartieron sesiones grupales con todos los demás autores de las propuestas seleccionadas para “Movements and Moments”, donde dialogaban y retroalimentaban sus  trabajos. Sin duda todas estas acciones nutrieron el trabajo creativo de las autoras y puede verse reflejado en el producto final: un cómic que da cuenta de una experiencia vida trans indígena desde un enfoque feminista decolonial que opta por la sensibilización antes que por el señalamiento. 

 

Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de Hacemos Memoria ni de la Universidad de Antioquia.

¿Dónde conseguirlo?

Geraldine puede adquirirse de manera gratuita en español, inglés y emberá a través de la página de Goethe Institut https://www.goethe.de/ins/id/en/kul/kue/mmo/bdn.html 

Donde también se puede leer las demás obras ganadoras entre las cuales se incluye Las cholas anarquistas de los colombianos, Vanessa Peñuela y César Vargas.

Ficha:

Título: Geraldine

Editorial: Goethe Institut

Tema: Cómic biográfico/Derechos LGTBIQ+ 

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Estefania Henao B.

De la caja de colores solo gasto el rojo. Veo historias en detalles insignificantes, si no son cuentos, son viñetas.

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